Esta mañana temprano fui a la clínica, para la aplicación de medicación que hago cada tres semanas, desde hace cinco años. Ahí confirmé que esta rutina ya me es habitual, casi familiar. Conozco a casi todos, nos saludamos, sonreímos, anécdota más o menos ya sé lo que va a pasar, confío en las manos expertas de las enfermeras, y enfermero, del hospital de día. Como sucede desde hace cinco años, suele llevarme GonG y luego toma la posta Norelí, sabia acompañante.
Hoy, a la salida, fuimos a tomar un té, a un bar lindo a dos cuadras. Al rato me di cuenta de que había salido de casa sin plata en la billetera. Ni dos pesos. Nunca me había pasado. Norelí tenía 20 pesos, y debíamos 32. Llamamos a su marido, Berstus, y enseguida llegó a rescatarnos.El día está primaveral, ya hay flores en muchos jardines. Caminé mirando los jazmines blancos de una enredadera. Me tocaron bocina. Debo seguir paralizada.
Me acuerdo de mi oncóloga, como si la escuchara cuando me dice: “Por el cáncer no te preocupes, vos por favor mirá bien al cruzar la calle”.
Y mirá para ambos lados amiga, nunca falta el que viene a contramano :)
ResponderEliminarHola Yin Yan, me atrevo a meter este bocadillo en el "para todos", tal vez anarquista.. la industria farmaceutica es una de las mas millionarias y voraces y el cancer es uno de sus fuertes. Los tratamientos naturales pueden ser tan hinchapelotas como los quimicos pero no generan adiccion ni secuelas. Te puedo recomendar a Jaime Bruning, trabaja con Bioenergetica, entra en la pagina para que lo conozcas, son cosas simples, agua, arcilla, sol y plantas. Gracias por este espacio, es enriquecedor.
ResponderEliminarHola "Contacto", gracias x tu recomendación! Lo busqué pero Bruning me aparece en Brasil. Sabés si tienen sucursal en Buenos Aires? Saludos!
ResponderEliminarEn Brasil vas a tener que tener más cuidado al cruzar la calle, más gente, más brasileros alegres eso da: más peligro.
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