viernes, 24 de febrero de 2012

Entre lo seguro y la duda

"Hacer filosofía es una manera de preguntar que intenta desacomodar aquellas certezas que se nos presentan como obvias. Certezas que nos acompañan en una vida cotidiana que prioriza la eficiencia a la duda, lo seguro al cuestionamiento. Por eso proponemos interrumpir el día a día con un tiempo para abrir. Abrirnos, interpelarnos, ejercer la libertad de la pregunta", leo en la invitación a un curso de Filosofía que me llega por mail.
Me quedo pensando. Cuando caen las certezas, cuando todo se siente inestable, cuando es evidente que todo puede empezar o terminar en cualquier instante, ¡ahí está la filosofía! Para acompañarnos, para decirnos que no estamos tan solos en esas reflexiones, para ayudarnos a pensar en incertidumbres, en dudas existenciales y en la Nada misma. Como un abrir de ventanas que dejan entrar sus luces, sus colores, sus sombras, y no se vuelven a cerrar del todo.
Justo fueron las ventanas las que me inspiraron a sacar fotos el otro día en Caminito (barrio de La Boca).